La creación de Dios se hace extraordinaria en la gestación Humana. Son 270 días de hospedaje en penumbras para dar vida y luz a la esperanza. Ser madre es algo más que gestar un incipiente embrión, no es sólo un asunto de naturaleza orgánica, es pincelar en dos téjidos que se juntan el afecto más noble e incondicional del planeta.
La oportunidad bendita de ser madre es indescriptible, lo dice quién paradojicamente por designios de Dios no es madre. Pero aún no siendo, sociologicamente desde la afectividad he llevado de la mano a muchos niños y niñas en la noble misión de la enseñanza. No sólo es engendrarlo, la naturaleza de la maternidad viene dotada y complementada de elementos sensitivos para hacer de ese niño un sujeto feliz. No sólo es engendrarlo, la bendición especial de SER madre pasa por SERLO, se atesora en las vivencias, en el sano ejemplo, en las experiencias enriquecedoras de alumbrar en cada acción la felicidad. Son benditos aquellos vientres dotados de la FERTILIDAD, son benditas las oportunidades de gestar vida, corazón y alma. Es indudable que el cordón umbilical tiene su génesis en el algodón más sublime del corazón.
Bendito el vientre Madre, bendito doblemente el vientre Abuela, bendito ese espacio natural del vientre que se acomoda magicamente a la silueta de quien poco a poco va creciendo conforme al designio de Dios.
Dios bendiga a las madres que con esfuerzo y sacrificios, suman días y noches en atención a sus hijos restando en ellas años y vida.
Dios bendiga la procreación humana, evento de magnanimidad afectiva que comulga religiosamente con la definición teleológica de lo que es un verdadero Milagro.
Quizás no exista un precio para pagar el ser madre, es sencillamente,impagable. Hoy más que nunca BENDITO EL VIENTRE que tiene la posibilidad orgánica de fertilizar la esperanza humana, bendito el vientre que sin egoísmos ni condiciones alberga la continuidad del futuro social.
Hoy día de la madre, mi más admirable respeto e incondicional agradecimiento a mi madre, a mi tía y a mi inolvidable abuela por formarme integramente en la bondad humana.
Hoy le doy gracias a todas y cada una de las madres que son mis amigas y compañeras de trabajo, por la posibilidad de sentirme feliz por ellas, y bendecir el vientre milagroso hoy y siempre.
Cada latido y cada respiración sobre el pecho de una madre amamantando a su hijo, es el verdadero paisaje de la felicidad
Son ustedes únicas portadoras de la esperanza...
LIC. CAROL CAMACHO MEDINA